Características, clasificación
Características de la poesía náhuatl

Las piezas poéticas que encontramos evocan recuerdos y promueven el diálogo interior, de manera que la espiritualidad y la introspección son elementos muy importantes.
De acuerdo con León-Portilla, a esto se le suma el ritmo y la medida como elementos formales. Se sabe que algunos de estos poemas fueron concebidos para llevar acompañamiento musical o para ser cantados. Los poemas nahuas tienen, así, un tono lírico.
La autoría
Aunque existía una cantidad de literatura anónima, también abundaron los textos firmados. En algunos casos solo se conoce el nombre del poeta. En otros, hay conocimiento de algunos rasgos biográficos.
Si bien algunos escritores nahuas firmaban sus obras, no se regían por nada parecido al individualismo occidental. Los poetas nahuas se acogen a una tradición y, así, acuden unos a otros con total libertad, dentro de un cierto sentido de hermandad y espíritu de colaboración. Al menos eso afirma Zora Rohousová en su ensayo "Debajo el árbol florido".
Para Rohousová, los gremios y grupos elitistas de trovadores prehispánicos compartían el léxico y las imágenes literarias, sin que eso fuera un factor a desestimar, pues la cultura dominante tendía a la percepción de la sociedad como un todo.
Temas y propósitos de la poesía náhuatl
La poesía náhuatl reflexiona sobre los hechos más profundos de la vida, pero no responde preguntas ni llega a conclusiones determinantes. Para los poetas, la vida se presenta como un misterio que no puede ser resuelto.

Frente a esto, el amor romántico poco puede, No es, en realidad, una preocupación esencial de la poesía. Dicen los investigadores que el amor nunca tuvo cabida en la poesía prehispánica náhuatl, a pesar de la presencia de ciertos poemas eróticos. Y es que no se habla sobre la propia vida o las preocupaciones personales, pues no existe la noción del individualismo, así como no existe el valor estético de la originalidad.
En realidad, los poetas abordan las preocupaciones compartidas por la élite. Sus temas serán, pues, el paso del tiempo, la muerte, la guerra, y la poesía y el arte como flor y canto. Junto a esto, también se representaban los mitos cosmogónicos, las creencias religiosas, la amistad en la tierra y, finalmente, pero no menos importante, la invocación a dios, llamado "el dador de vida".
El estilo en la poesía náhuatl

De acuerdo con León-Portilla, las estrofas de los poemas en lengua náhuatl, así como las unidades de expresión, se organizan por pares, lo que implica que es un desarrollo no lineal al nivel de contenido.
En ese sentido, un rasgo esencial sería el paralelismo. En términos poéticos, el paralelismo se corresponde con aquellas oraciones de connotación afín o versos-línea, en las cuales se ve un complemento o un contraste. León-Portilla expone el siguiente ejemplo: "En Tlatelolco ya se extiende la aflicción/ el sufrimiento ya se conoce" (huexotzincáyotl, folios 6v-7r de Cantares mexicanos).

Pero un elemento que destaca sobre todos es el difrasismo. El difrasismo, tal como lo expone León-Portilla citando a Garibay en su texto, "consiste en aparear dos metáforas que, juntas, dan el simbólico medio de expresar un solo pensamiento".
Entre los ejemplos que señala el mismo León-Portilla, pueden nombrarse los siguientes: In ixtli, in yóllotl, que traduce "rostro, corazón", para referirse a la persona; / In xóchitl, in cuícatl, que significa "flor, canto", para hacer referencia a la poesía; n ibíyotl, in tlahtolli, que quiere decir "aliento, palabra", en alusión a la palabra o al discurso. Ambas palabras de cada grupo son metáforas diferentes del mismo concepto.
Junto a estos elementos de estilo, aparecen también las llamadas partículas interjectivas. Se trata de sílabas sin significado que cumplen la función de dar ritmo y musicalidad al texto.
Clasificación de la poesía náhuatl

Teocuícatl
Los teocuícatl, o cantos a los dioses, eran materia de enseñanza de los calmécac o "casas en hileras". Al igual que los telpuchcalli o "casas de jóvenes", eran una suerte de centros educativos.
Los teocuícatl relataban los hechos primordiales o evocaban a la divinidad. Podían funcionar como himnos sagrados musicalizados para las ceremonias. Tenían también un tono solemne y esotérico.
Xoxicuícatl y xopancuícatl
Es importante saber que para los poetas nahua, la poesía era en sí misma un tema de reflexión, pero se le llamaba metafóricamente. Los xoxicuícatl, o cantos a la poesía (flor), y xopancuícatl, o cantos de primavera, son expresión clara de esto. Por ejemplo, para llamar al poeta se le nombraba como "ave preciosa, pájaro rojo". Así, los poemas serían "flores, perfumes, piedras preciosas o plumas de quetzal".
Cuauhcuícatl, ocelocuícatl y yaocuícatl
Los cuauhcuícatl, o cantos de águilas, los ocelocuícatl, también conocidos como cantos de ocelotes, y los yaocuícatl, que son los cantos a la guerra, son las diversas maneras de nombrar los poemas en que se exaltaban las glorias de los capitanes famosos, las batallas y los triunfos de unas culturas sobre otras. También se podían cantar o actuar.
Icnouícatl
Los icnouícatl, o cantos de tristeza o de angustia (huérfano), por su parte, eran aquellos en los cuales el poeta filosofa sobre los misterios de la vida, como el tiempo y la muerte.
Teponazcuícatl
Los teponazcuícatl son aquellos poemas hechos para ser musicalizados estrictamente. Ellos fueron el origen del drama en la cultura náhuatl.
Ahuilcuícatl y cuecuexcuícatl
Ahuilcuícatl y cuecuexcuícatl son aquellos poemas referidos a los cantos de placer o cantos de cosquilleo respectivamente.
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